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Las aceñas de Zamora

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Una aceña es un ingenio hidráulico situado en el mismo cauce del río. Como cualquier otro molino de agua, permite triturar el grano del cereal y transformarlo en la harina con la que más tarde se elaborará el pan. Las aceñas se sirven de la fuerza que imprime la corriente de los grandes ríos, capaz de mover unas ruedas de palas de grandes dimensiones que se colocan en posición vertical. En esto se diferencian de los molinos de agua convencionales (también llamados molinos de rodezno), cuyas ruedas trabajan en horizontal. Éstos además suelen situarse en cursos de agua de menor entidad o bien al final de un canal que desvía parte del agua de un río.

 


Zamora posee uno de los conjuntos de aceñas más antiguos de España.


 

Junto a cada grupo de aceñas encontramos su correspondiente azud (en Zamora denominado azuda), pequeña represa que cruza de forma oblicua el cauce del río, dirigiendo la corriente hacia las aceñas y asegurándoles un caudal constante.

En Zamora las aceñas funcionaron durante más de mil años (su origen se remonta a la Edad Media) y constituyeron en su conjunto uno de los núcleos de actividad industrial y económica más importantes de la ciudad.

En el tramo urbano del Duero encontramos tres grupos de aceñas en buen estado de conservación, pese a que la hostilidad del río ha obligado a realizar continuas reparaciones a lo largo de su historia.

Muy próximas al Puente del Tren se encuentran las Aceñas de Pinilla, que se mantuvieron en funcionamiento hasta la segunda mitad del siglo XX y hoy son utilizadas como restaurante. También en la margen izquierda se conservan las Aceñas de Cabañales, muy cerca del Puente de Piedra y constituidas por dos grupos de dos edificios. Unas y otras se hallan asentadas sobre una estructura de sillería, aunque en la parte superior de sus edificios se ha utilizado el ladrillo.

Las más célebres de la capital son las Aceñas de Olivares, de cuya existencia ya hay constancia en el siglo X. Antiguamente se denominaron también del Cabildo, por for- mar parte del patrimonio de la Catedral de Zamora, al igual que las de Pinilla. En su recuerdo podemos ver en la parte exterior de uno de los edificios un Cordero Pas- cual grabado en piedra. Debido a su gran producción harinera suponían la mayor fuente de ingresos del Cabildo Catedralicio, a la vez que permitían disponer del control de un alimento tan básico como el pan. En su interior, hoy abierto al público, se ha ubicado el Centro de Interpretación de las Industrias Tradicionales del Agua.

Aguas abajo, pero próximas a la ciudad, se encuentran las ruinas de las Aceñas de Gijón y también las Aceñas de los Pisones. Ambas se encuentran en la margen derecha del río y disponen también de un cañal para la pesca.

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